Introducción

Siempre he querido tener un espacio en el que pueda publicar mis escritos para aquellos que los quieran leer, no sigo reglas y simplemente dejo a mi imaginación que escriba lo que quiera decir. Escribo de todo, de la vida, bitácoras de viajes, lo que me preocupa y mil cosas más. Bienvenidos a todos aquellos que quieran conocer mi mundo!

jueves, 12 de junio de 2014

EL REFLEJO DE UNA SOCIEDAD SOLITARIA, QUE SE ESCONDE DETRÁS DEL MUNDO VIRTUAL

El mundo virtual, el internet, y las redes sociales, han cambiado la manera de pensar, de vivir y de interactuar de la gente. El internet se ha convertido en una herramienta de trabajo indispensable. El mail, las redes sociales, y las video llamadas ayudan mucho cuando tienes una relación a larga distancia, pues puedes hablar con tu pareja, verla, y hasta mostrarle en donde estás en tiempo real. Y no solo a tu pareja, sino a tu mamá, a tu papá, a tu mejor amiga, y al que quieras en caso de que vivas lejos. A través de las redes de noticias nos mantenemos informados 24 horas al día. Y a través de las redes sociales podemos saber todos los chismes con solo un click. Nos enteramos de cosas como quien le puso los cachos a quien, quien ya no se habla con quien, quien tuvo una noche de tragos loca… hasta nos enteramos donde estuvieron nuestros amigos de rumba y con quien. Quien se va a casar, quien se divorció, y quien tuvo bebé. Y a pesar de todo lo bueno del mundo virtual, yo prefiero los viejos tiempos… Ahora hasta los abrazos se han dejado de lado y se dan por chat.
Antes el mayor acontecimiento era invitar a los amigos a jugar Nintendo a la casa. Ahora te conectas y juegas con cualquier desconocido que esté en la red para jugar Playstation. Antes uno salía con los amigos del barrio a jugar tarro, escondidas, ponchados, y si estábamos más atrevidos jugábamos semanita, botella, la verdad o se atreve, o escondidas americanas. Ahora esos juegos parecen cuentos de la prehistoria, ¿donde quedaron los amigos del barrio? ¿Será que ya no existen?… ahora amigo es cualquiera con el que te conectas y has jugado con él más de una vez en la red. Antes uno llamaba a una amiga, la veía, le contaba los chismes… y si alguna estaba triste uno se daba un abrazo enorme. Ahora te enteras de todos los chismes por Facebook, y si estás triste pones algún comentario en las redes y tu mejor amiga, o amigo, te manda un osito o un monigote abrazando a otro y eso se considera un abrazo de apoyo. Valiente gracia. Antes uno conocía a la gente saliendo, en fiestas, en paseos y demás; ahora las redes sociales se convirtieron en los lugares para conocer. Antes tu coqueteabas con el tipo que te gustaba; ahora existe Tinder, Facebook, Twiter, y si no te basta LikedIn para estudiar el perfil profesional del nuevo prospecto. Para qué salir a un bar o a tomarse un café, si todo está en la red. Antes existían las tardes de amigas; ahora las reuniones se hacen en los grupos de watsapp, y dejamos de lado los ratos juntas. Siempre conectados, pero siempre solos. ¿Que pasó con los tiempos donde los amigos daban abrazos? ¿donde uno jugaba presencialmente con la gente? ¿donde uno compartía momentos con amigos reales y no con un perfil?.. Ahora hasta el sexo se tiene virtualmente. No hay derecho. Esto es lo que yo critico, la enorme soledad que deja el mundo virtual; especialmente las redes sociales como twiter y Tinder.
Siendo muy pretenciosa, y quizás hasta fastidiosa, voy a decir que me considero una persona con muchos amigos y que conoce mucha gente. No sé si por mi trabajo, o por mi manera de ser, o por mis hobbies, o por la rumba, o en fin… porque así soy yo. Una mujer llena de amigos y conocidos, que ama salir, y además pertenece al mundo virtual. También tengo Facebook, instagram, twiter y otras más. Facebook es la red que mas me gusta y que complementa mi vida social perfectamente. Me encanta ver la vida de todos y después ir a buscar el café presencial para que me cuenten todo lo que pasó en realidad. Y las otras que conozco no me parecen tan graves, por eso no voy a hablar de ellas. Pero no puedo evitar criticar a dos redes que me enferman, aunque la verdad no me enferman las redes, me enferman los adictos a ellas. Estas dos redes en mi opinión son las que mas reflejan la soledad de esta sociedad: twiter y Tinder. A los profesionales de twiter se les llama twiteros, supongo que así les puedo decir a los profesionales de tinder “Tinderos”. Bueno los twiteros y los tinderos, usan estas redes y las convierten en su religión y en una manera de vivir. A todos nos quieren convertir para hacernos parte de esa inmensa red. Igual debo confesar que yo tengo twiter y me gusta porque me entero de las noticias de último minuto, y me río en ocasiones. Pero no me considero twitera. Una vez escribí: “Yo no soy twitera, soy Bloggera”; y fue la única vez en que me pusieron mil Likes, retuitiaron, y pudieron comentar. Parece una contradicción, pero así es. Los Bloggeros por lo general son grandes twiteros, y yo nada que ver. Sin embargo un día conocí a un twitero y me criticaba que yo no tenía tantos seguidores en Twiter como debería. Al principio me sentí como mal, después me dio fue risa. El tipo tenía una cantidad como de 7.000 seguidores, y se sentía el rey del mundo. Era como un pequeño nerd de las redes sociales y además, como característica de estos seres llamados los twiteros, era pedante e insoportable (Es verdad no todos son insoportables, pero la gran mayoría lo son). En fin… salimos en varias ocasiones a almorzar, a eventos, y claro se notó quien era la de las relaciones reales… pues yo. Yo era la que siempre saludaba, a la que admiraban, la sonriente, la que comentaba y estaba en todo. A él no lo miraban, y nadie tenía ni idea quien era. Cuando le hablaban solo hacía referencia a su número de seguidores en twiter… que perdedor la verdad. Un día le dije… “¿No vale más tener amigos reales que te conozcan, que sepan quien eres, a ser un @ en una red con mil seguidores que no tienen idea quien eres tu?” Nunca supo que contestar. Yo prefiero tener 108 seguidores en twiter, y tener un millón de amigos en la calle y conocidos que me recuerdan. Entonces… ¿cual es la gloria que predican los twiteros? Son solitarios, pedantes, y viven una fantasía virtual camuflando su soledad. Estoy completamente en contra de la gloria que profesan los twiteros, que a la hora de la verdad no es nada… solo el reflejo del gran vacío de su alama.
Y que decir de la aplicación móvil Tinder. Para los que no saben que es, es una aplicación para teléfonos móviles donde puedes encontrar a tu pareja ideal conectando perfiles de Facebook y a un kilómetro de distancia. Yo estoy rodeada de hombres y de mujeres que ahora están en Tinder, y los dos géneros ven la aplicación de dos formas completamente diferentes. La mayoría de los hombres ven en Tinder como la mejor oportunidad para poder tener sexo sin el mayor esfuerzo. O pregúntele a un Tindero si se casaría con una mujer que encuentra en Tinder, dicen que no. En cambio la mayoría de las mujeres ven en tinder la forma de encontrar a su príncipe azul. No me alcanzan los dedos de mi mano para decir cuantas amigas mujeres de mi edad, me han dicho que su vida cambio desde que entraron a Tinder. Qué es el lugar para encontrar al hombre perfecto. Créanme son más 10 personas las que me han tratado de convertir y hacer parte de la secta religiosa llamada Tinder. Seguramente habrán personas que se habrán enamorado a través de la aplicación y estén felices juntos, pero la verdad aun no he conocido la primera pareja que haya durado más de tres meses de relación. Porque la ventaja de esta aplicación, es que siempre te va a llegar a tu celular una pareja mejor de la que encontraste ayer. Los hombres cuando ven Tinder parecen mercando: “esta, está buena”, “esta no”, “mirémosle los atributos físicos a la vieja que me puso like”, y amplían la foto para ver la parte del frente y el trasero de la dama. Ojalá ampliaran la foto para verle los ojos o la cara, pero eso no es así.  Parecen de verdad de compras para buscar el mejor prospecto que se pueden comer. La mujer, por otro lado, busca en Tinder el hombre con cara de marido y buen papá. Van por dos caminos diferentes y creo que es bien difícil que se puedan encontrar. Lo triste es que la mujer es la que va salir con el corazón en pedazos. No sé si las mujeres más jóvenes que yo, busquen lo mismo que los hombres, encuentros casuales y nada más, ojalá sea así porque las mujeres de mi edad solo buscan amor eterno y creo que eso es lo que no van encontrar en la aplicación. Que pasa con la gente de hoy en día, ¿está tan sola que le da miedo salir a la calle y conocer gente real? Al parecer esto es lo que pasa, o tienen tanto miedo al rechazo que prefieren experimentar por un medio virtual antes de arriesgarse a mostrarse en persona.
Tinder y Twiter para mi, son el reflejo de una sociedad solitaria que se quedó detrás del mundo virtual y dejó de lado la vida real. Una sociedad a la que se le olvidó salir a la calle, interactuar, que solo sabe hablar o mirar a través de una pantalla de computador o de un móvil. Yo en cambio soy la eterna amante del coqueteo, de salir y conocer gente nueva así sea sola, de bailar acompañada, de besar, de abrazar, y de vivir. Me gusta sentir el aire en la cara, y hacer de cada día una aventura en la que siempre conozco gente nueva y gente real. Yo si soy enchapada a la antigua, y me gusta el chisme presencial, el café con las amigas, encontrarme con mis amigos y preguntarles que hay de sus vidas. Lo que he aprendido a hacer es mezclar ambas cosas, la vida virtual y la vida real. Pero nunca he dejado que la vida virtual me gobierne, o se convierta en mi manera de vivir. En lo virtual no todo lo que ves es verdad, en la realidad tampoco pero es más divertida. Y sí, prefiero ser Bloggera (un termino bien pretencioso, pero me encanta decirlo) a Twitera. Prefiero ir de conquista, a buscar la pareja perfecta por Tinder como si estuviera comprando ropa para salir a bailar. Prefiero el contacto físico, y no el chat. Prefiero el abrazo real, y no un monigote abrazando un racimo de bananos o algo así.

Si me encuentras por ahí, seguro me verás rodeada de gente, llena de risas y bailando por ahí. Y les propongo a los religiosos de la virtualidad que salgan a la calle y dejen la pantalla que solo cubre sus caras. Dejen de llamarse con un @, llámense por sus nombres y muéstrense como son. Y por favor… si me encuentran no me traten de convertir al twiterismo, ni al tinderismo… es claro que no lo voy a hacer.